Recóndito ya no es para J el paraíso que fue, sobre todo tras encontrar una carta que su madre le entregó tiempo atrás. Los recuerdos, unas veces olvidados, otras enterrados, afloran como secretos y verdades que quiebran el guion vital del protagonista. Recóndito, como espacio etéreo, intangible y a la vez real vuelve a las manos del lector, una isla imaginaria donde todo cabe, también los sueños convertidos en pesadillas.